Algún lector puede encontrar algo nuevo en estas líneas cuando se recuerdan cosas que dejaron escritas ilustres mostoleños al aportar textos brillantes para la historia de esta nuestra Villa, hoy Gran Ciudad de Móstoles.

Ya desde el anuario El Día de Móstoles, y cuando corría el año de 1928, se daba a conocer el Móstoles romano, el Móstoles agareno y el Móstoles cristiano.

Móstoles, tierra a orillas del río Guadarrama –nombre árabe-, cuyas aguas nacen en los altos de la cordillera Carpetana-nombre romano-, en el centro de la península Ibérica, atraía la atención del Imperio romano para que sus tropas militares encontraran condiciones apropiadas de campamento; así lo confirmaron trozos de mosaicos en el hoy barrio de Cerro Prieto donde la Villa estuvo emplazada primitivamente. Los romanos se encontraron una villa fundada con anterioridad a su dominación, y habitada por iberos de las orillas del río Manzanares. Los romanos daban generalmente el nombre de su nacionalidad a las ciudades que fundaban, como Emerita Augusta a Mérida, pero no es el caso de Móstoles, que al parecer, no tiene nada de latino o romano. Es bastante aproximado establecer como clave adentrarse en el período neolítico, para encontrar el oculto nombre primitivo de Móstoles. 


Remontándonos a millares de años anteriores, cuando las sociedades se constituían en tribus, pues todavía no existían las naciones, se daban nombres idénticos a los que ellos proclamaban por jefes, porque revelaban condiciones extraordinarias de sabiduría, de valor y de virtudes cívicas. Pues dichos hombres dieron su nombre a su tribu; y así a las tribus del Manzanares, y sus expansiones: entre ellas, Móstoles. Por tanto, Móstoles tuvo un nombre primitivo anterior y distinto a este, sería indígena, propio, diferente al actual y anterior a todas las dominaciones extranjeras.Las páginas de piedra del Móstoles mahometano están a la vista en la torre de nuestra iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, en el corazón de nuestra ciudad. Parece que era ayer cuando el almuecín convocaba desde el alminar de dicha torre, en voz alta, al pueblo musulmán para la oración de la tarde; sustituida después por el toque del Ángelus en salutación a la siempre Virgen María.

Almorávides y mostoleños convivían conservando sus religiones respectivas; aquellos en su mezquita (nuestra parroquia actual); y éstos en diversos santuarios del término según su rito mozárabe. La historia de piedra de Móstoles demuestra que sus hijos son de “puro linaje español”, a través de todas las denominaciones extranjeras como argumentaba el Doctor Tomás Mejía, y que en sus almas perduras las virtudes de la raza ibérica, de Sagunto y de Numancia culminadas en la epopeya de 1808. 




Y otro aspecto muy importante, aprovechando las fechas que nos rodean, es el valor que han heredado los mostoleños generación tras generación, junto a la fe que sienten por su excelsa Patrona Nuestra Señora de los Santos. Ya desde tiempos muy antiguos, las calles y las casas de Móstoles aparecían muy limpias en los comienzos del mes de septiembre; al acercarse el día 12 o del Dulce Nombre de María. Afluencia de forasteros, volteo de campanas, animación de los mostoleños para la Salve solemne el día de la víspera. El día grande, diana por las calles durante siglos, solemne misa a toda orquesta, con sermón a cargo de un buen orador venido desde fuera de la Villa, descenso y colocación de la sagrada imagen de la Virgen en su magnífica carroza.

Por la tarde, magistral procesión de la Virgen de los Santos, por la que sienten los mostoleños no menos veneración que los aragoneses por la del Pilar, los andaluces por la Macarena, los asturianos por la de Covadonga o los madrileños por la Paloma, etc.

Un mostoleño, nacido el siglo XIX versaba como sigue dedicándoselo a nuestra Patrona:

Eres faro, norte y guía de este pueblo que te adora;

eres celestial aurora, dulce néctar y ambrosía.

Tu dulce nombre, María, nos da tal satisfacción, que de todo corazón,

si enemigos te ofendieran todos la vida perdieran por tu dignificación. 

En un frontón popular, donde hoy se encuentra tu Ermita,

te apareciste bendita a unos niños del lugar.

Su pelota fue a parar a una cueva abandonada;

y el que bajó,te vio orlada de divinos resplandores,

ofreciendo tus amores a esta villa afortunada. 

Un ángel te precedía, vestido de sacerdote,

hasta que saliste a flote a dar fe de tu valía.

el pueblo, con alegría, te aclamó por su Patrona, digna de lauro y corona;

y hoy, en duelos y quebrantos, eres,

Virgen de los Santos, a quien sus preces entona. 

¡Qué de fiestas y alegría ocasionó tu presencia!

¡Qué fervorosa vehemencia la de tus hijos sería!

Porque en la mirada pía que dirigiste animosa

en la cueva milagrosa a aquellos cuatro pequeños,

lanzaste a los mostoleños el pregón de tu hidalguía. 

Eres de todos los Santos la Reina por excelencia;

y todos en tu presencia entonan hermosos cantos.

Admirar tus mil encantos es la mayor alegría; la población, noche y día,

te aclama Reina y Señora, y hasta el impío te adora por tus gracias, Madre mía. 

Eres Madre de Dios-hombre, Reina del género humano

y todo buen ciudadano bendice tu augusto nombre.

La desgracia no le asombre, porque tú eres el consuelo del mortal,

que en este suelo tiene en ti su confianza,

y vive con la esperanza de ser premiado en el cielo. 

Eres Madre bondadosa, eres en todo indulgente,

eres astro refulgente y la flor más candorosa.

Es tu figura grandiosa; y en la corte celestial los ángeles te bendicen

ysus plegarias te dicen finezas de estirpe real. 

Esto dice el que te envía desde lejos su oración,

y de todo corazón te ofrenda su poesía.

Escucha, Virgen María, la humilde salutación que con tal devoción

y un ferviente y puro anhelo te envía desde este suelo con su pobre corazón. 


Pues oraciones o poesías como estas son continuidad de oración a lo largo de los siglos hacia la imagen tan venerada en nuestra Ciudad de Móstoles, que conserva su tradición desde que en nuestra Ermita es venerada con la máxima devoción.

En este siglo XXI continúan siendo masivos actos festivos para nuestra Patrona como la Ofrenda de Flores, la Solemne Salve con presencia de la Corporación, la Solemne Misa Mayor concelebrada por el Clero de Móstoles, la Solemne bajada de nuestra patrona a la carroza para procesionaria por la tarde y la Solemne Procesión con la Imágenes de Nuestra Señora de los Santos y San Simón de Rojas. Participan en todos estos actos cada vez mas organizaciones de todo el tejido ciudadano de Móstoles, como las Peñas, las Casas Regionales, las Parroquias, Agrupaciones, Asociaciones Culturales y de otros fines, entre los miles de mostoleños que se acercan en estos actos para venerar a la Madre de Dios y a San Simón de Rojas, hijo de mostoleña y trinitario fundador de los Comedores regidos por la Orden Trinitaria en numerosos lugares.

Jose Manuel Montero Moreno