El COVID-19 nos ha obligado a cambiar muchos hábitos de este 2020, entre ellos nuestras fiestas patronales de Móstoles en honor de Nuestra Señora de los Santos y San Simón de Rojas. Aunque no se han podido celebrar todos los actos, los mostoleños sí que han podido estar como cada año cerca de su Madre del Cielo y bajo su protección.
Las fiestas litúrgicas comenzaron el 3 de septiembre con la celebración del rosario, eucaristía y novena como viene siendo habitual, aunque en esta ocasión el aforo no superó el centenar de personas debido a las altas medidas restrictivas sanitarias impuestas por la Comunidad de Madrid ante la expansión del coronavirus.
Ante esta situación, la Hermandad puso en marcha la retransmisión diaria de la misa por Youtube y Facebook con el fin de que ninguna persona se quedara sin estar presente en la novena a su patrona desde cualquier lugar.
El día 11 de septiembre estaba prevista la celebración de la ofrenda floral de una manera distinta en la que, durante todo el día se podían llevar flores a la virgen con el fin de evitar grandes concentraciones. Sin embargo, la publicación de una orden sanitaria provocó la suspensión del acto.
Aún así, muchos mostoleños se acercaron ese día a la ermita a hacer su ofrenda floral ante la imagen peregrina que como cada año estaba puesta en la ventana lateral, incluso encaramándose a la reja para poner a los pies de la Virgen sus flores, conformando un improvisado altar que estuvo presente durante las celebraciones litúrgicas.
El día 12 de septiembre, aunque las condiciones sanitarias no permitían la afluencia de gente como es tradición, fue un día muy especial para todos los mostoleños, ya que más a allá del centenar de personas que estaba presente en la misa mayor de las 11 de la mañana, miles de personas pudieron seguirla a través de Telemadrid gracias a la colaboración del ente autonómico para que Nuestra Señora de los Santos llegara a todos los hogares en el Día del Dulce Nombre de María.
Esta retransmisión se puede calificar de histórica, ya que es la primera vez que la televisión de la Comunidad de Madrid emite la Santa Misa fuera de la capital (hasta ahora sólo se emitían la de San Isidro, La Paloma y La Almudena) y fuera de domingo, ya que durante el confinamiento se pudieron ver desde casa las eucaristías desde la Catedral de la Almudena.
Nuestra Señora de los Santos fue conocida ese día por miles de madrileños engalanada con su manto de terciopelo blanco y las distintas condecoraciones y donaciones realizadas por mostoleños, así como con la corona festiva, conocida como ‘la del escudo’ al llevar el escudo de armas de la Villa en ella.
La misa mayor estuvo presidida por D. Aurelio Carrasquilla, Vicario para la Pastoral Caritativa y Social de la Diócesis de Getafe, a la que acudió la Alcaldesa quien, como es tradición, impuso a la Patrona el bastón de mando, además de otros representantes políticos y de los colectivos de la ciudad.
Además de las misas de 9 y 11, al no haber procesión, se celebraron otras dos eucaristías por la tarde, a las 18 y 20 horas, que volvieron a llenarse, gesto que muestra el afecto que tienen los mostoleños por su patrona.
Otro de los actos que se suspendió este año fue la Bajada de la Virgen de su camarín a la carroza ante la alta concentración de personas que pudiera haber. Ante esta situación, la Junta decidió que, una vez se cerraran las puertas del templo por la noche, se procedería a la colocación de la imagen en su carroza, un acto que fue grabado y que se puede ver en el canal de Youtube de la Hermandad.
De esta manera, se consiguió que desde el 13 al 26 la Virgen estuviera más cerca de todos los mostoleños y que pudieran rezar junto a ella, de una manera más íntima.
Las fiestas litúrgicas acabaron con la celebración del triduo de San Simón de Rojas, con la Virgen de forma excepcional ya en su camarín, celebrándose el 28 de septiembre la fiesta del compatrón de la ciudad. En esta ocasión, al no poder besarse la reliquia del santo, se procedió a bendecir a todos los presentes con la custodia que contiene carne del padre del Ave María pegada a su túnica.